Las herramientas en cantería: la maza y el cincel

Esta semana vamos a hablar de uno de los trabajos que requieren una mayor precisión y maestría en la construcción: la cantería. En muchas obras se precisa realizar este tipo de trabajos tanto para ajustar perfectamente los materiales – en especial cuando se trabaja en piedra – como para realizar acabados tanto en cornisas como en otras partes de la edificación.

Vamos a exponer a continuación algunos conceptos básicos acerca de las herramientas, en especial la maza y el cincel.

La maza y el cincel en cantería

Con la llegada del hierro, y más tarde del acero, se mejoró notablemente la eficacia en el tallado de mármol y piedras de dureza similar, y los tipos más comunes de martillos y cinceles para tallar a mano se han mantenido prácticamente sin cambios durante las últimas décadas.

Se han realizado algunas mejoras, eso si, como inserciones de carburo de tungsteno para puntas de cincel que permiten tallar piedras más duras como el granito, pero el acero para herramientas con alto contenido de carbono sigue siendo la aleación preferida por muchos talladores para trabajar en mármoles y tipos similares de piedra.

A medida que aumenta la dureza relativa de una piedra, generalmente también aumenta la fragilidad de esta. Cuando la acción de tallar piedras más blandas se pueda realizar con la acción de acuñamiento sobre el material utilizando el filo del cincel para extraer los residuos del cuerpo de la piedra, el tallado de las piedras más duras se podría comparar con una fractura controlada.

Para lograr esta fractura controlada se requiere un golpe fuerte y duro. El cincel con cabeza de martillo de acero está hecho para transferir este golpe fuerte y duro de un martillo de acero endurecido, como cualquiera de los ejemplos de martillos que podemos encontrar en el mercado de herramientas para cantería.

Además de la forma del extremo que golpea, el cincel con cabezal de martillo difiere del cabezal tipo mazo en que el borde de corte de la herramienta solo está endurecido y templado, mientras que el filo de la herramienta no se ha endurecido. Esto es para permitirle a la caña una cierta elasticidad cuando se trabaja con piedra dura bajo los golpes de un martillo de acero endurecido, es decir, la caña se doblará en lugar de romperse.

Los acabados en los trabajos de cantería

Cuando se requiere un golpe más suave, como cuando se hace un trabajo de detalle o de acabado, muchos talladores prefieren usar el martillo «terrón» de hierro dulce.

El impacto del martillo de hierro suave al golpear el cincel de acero más duro deforma la cabeza del martillo levemente con cada golpe, pero le da al tallador algo más de control.

Los martillos adecuados para tallar están disponibles en varios tamaños y estilos, y cada tipo tiene sus ventajas únicas en el proceso.

Tal vez el factor más importante que el tallista debe tener en cuenta para alcanzar un martillo es usar el peso adecuado a las necesidades del trabajo. Para tallar en general es ideal un martillo de medio kilo hasta un kilo. Si tomamos en cuenta cuestiones de trabajo, el martillo liviano de medio kilo necesita dar dos o tres golpes duros para eliminar la misma cantidad de material que un golpe normal de un martillo de un kilo. Los martillos más pequeños son útiles cuando se hacen detalles de acabado debido al grado extra de control que ofrecen. Aunque es más fatigoso de usar, se necesitan martillos más pesados cuando se trabaja con piedras más duras, o durante las etapas de desbaste donde la fuerza es más importante que el fino control del cincelado.

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