La piedra como material de construcción ha sido utilizada desde siempre y su uso ha perdurado a lo largo de los tiempos como uno de los elementos constructivos más utilizados. Se trata de la piedra natural que, una vez extraída, es trabajada para convertirla en un material de construcción. Así pues, debido a sus características y cualidades, se trata de un material que garantiza la durabilidad de la construcción y prolonga su vida útil.
En comparación con otros materiales (como la madera o el adobe), la piedra requiere de un menor mantenimiento y su vida útil es mucho mayor. Además, se trata de un excelente aislante térmico, siendo capaz de controlar una temperatura estable en el interior de la vivienda.
En cuanto a su clasificación, debemos de diferenciarlas según su origen, el material que contienen y el proceso mediante el cual se llegaron a unir. Llegados a este punto, es necesario diferenciar entre mineral y roca, ya que comúnmente son llamados “piedras” pero su fin geológico es distinto. Un mineral es una sustancia químicamente homogénea, mientras una roca es una combinación de varios minerales. Veamos pues cómo se clasifican según su origen y formación.
Son aquellas rocas procedentes del interior terráqueo, concretamente del magma. Se forman cuando el magma se enfría o cuando éste asciende a la superficie de la Tierra. La diorita y el granito son dos ejemplos de rocas ígneas. Son visualmente muy parecidas y se pueden utilizar tanto para elementos de interior. El basalto es otro ejemplo de roca ígnea que se suele utilizar para el afirmado de las vías de tren por su durabilidad y resistencia.
Las rocas ígneas o magmáticas más usados en construcción y comunes son el granito, el basalto, la pumita o la dorita. Un ejemplo de sus usos pueden ser:
Están compuestas por sedimentos de otras rocas, que por medio de la acumulación a través de un proceso de erosión, transporte y sedimentación de rocas pre-existentes y sometidos a procesos físicos y químicos, dan lugar a materiales consolidados. Normalmente se encuentran formando capas o estratos.
Algunos de los ejemplos de rocas sedimentarias empleados para construcción son la laja, la caliza o el travertino.
Como su propio nombre indica, son rocas que han cambiado su forma. Cuando las piedras ígneas o sedimentarias son sometidas a presiones y temperaturas altas, se generan cambios en los minerales y en la forma y el arreglo de los granos, dando lugar a las piedras metamórficas.
Dentro de este grupo las rocas más utilizadas son la pizarra y el mármol: