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Los aislamientos térmicos son determinantes para definir la calidad constructiva de una vivienda. Un hogar bien aislado mantendrá una temperatura confortable, y lo hará mucho más tiempo. Además, mejor aislamiento implica menor gasto energético. Esto, a su vez, disminuirá las emisiones de dióxido de carbono a la atmósfera.
Hace unas décadas no se daba tanta importancia a los materiales de aislamiento térmico. Por un lado, porque no preocupaba la eficiencia energética. Y, por otro, porque no existían las soluciones que tenemos hoy día. Pero esto cambiado.
En la actualidad, una envoltura térmica efectiva es un requisito indispensable en el sector de la construcción. No sólo porque así lo marcan las nuevas tendencias. Aparte de que a la larga permite ahorrar dinero, un buen aislamiento contribuye a crear un ambiente más saludable y seguro.
¿Qué entendemos por aislantes térmicos?
Son aquellos materiales que presentan una alta resistencia al paso del calor. O, dicho de otra manera, un material es un buen aislante cuando su capacidad para transmitir la temperatura es baja. Lo que buscamos, en definitiva, es lograr una buena estanqueidad en el interior de los edificios. Esto es, que en verano no penetre el calor en la vivienda, ni que el calor se escape en invierno.
Tipos de aislamientos térmicos
Según su origen, podemos hablar de tres grandes tipos de aislamientos térmicos:
- Sintéticos o plásticos.
- De origen mineral.
- Fibras de origen vegetal y animal.
Diversos plásticos y polímeros procedentes del petróleo son buenos aislantes sintéticos. Los poliestirenos son muy utilizados debido a que, mezclados con grafito, ofrecen una protección extra contra el fuego. Otro ejemplo es la espuma fenólica ya que, además de ser ligera y duradera, se comporta igual de bien ante el fuego.
Los materiales aislantes más comunes son las lanas minerales. Pueden ser de roca o de vidrio y, además de estanqueidad térmica, también proporcionan aislamiento acústico. La lana de roca es muy flexible y puede presentarse en formato manta o en paneles rígidos.
Por último, la opción más ecológica la tenemos en compuestos como el corcho. No solo tiene propiedades aislantes, además es reciclable y renovable. Y la celulosa también es muy interesante, puesto que tiene una resistencia térmica similar a la de la madera. Debido a sus propiedades, su uso es habitual en lo que se ha dado en llamar casas bioclimáticas.
Por último, no queremos dejar de señalar, como ya comentamos en esta otra entrada, que el aerogel de fibra de vidrio es un complemento ideal anular los «puentes térmicos» de una vivienda. Llamamos así a los puntos débiles de las paredes por los que se produce pérdida de calor.
¿Cuál es el mejor material de aislamiento térmico para tu hogar?
Como ya habrás adivinado, la respuesta depende de tus necesidades. Solo después de estudiar el proyecto sabremos cuál es el aislamiento térmico idóneo para conseguir un hogar lo más agradable posible, o cualquier otro tipo de edificación.
Contacta con nosotros si deseas que, juntos, encontremos el material aislante que mejor se adapte a las características de tu vivienda. En 48 horas recibirás tu presupuesto.
