Tramitar la licencia de obras es una condición previa indispensable antes de iniciar una reforma en el hogar. Los pasos para la obtención de este permiso pueden variar de una ciudad a otra. Pero lo más habitual es que tengas que solicitar las autorizaciones correspondientes en el ayuntamiento donde se encuentra la casa o piso a mejorar.
La licencia de obra es la forma que tienen las competencias municipales de asegurarse de que la obra que realices se adapta a su plan de urbanismo. Por eso puede haber pequeñas variaciones de un lugar a otro.
Según el tipo de intervención que planeas realizar, habrá 3 escenarios posibles. Así, puede que solo necesites una licencia de obras menor, una mayor mayor o, incluso, que no precises permiso ninguno.
Lo primero a tener en cuenta es que si la obra modifica parte de la estructura del edificio, como pilares, vigas o techos, se necesitará, sí o sí, pedir la licencia de obras mayores. Y puede que además te exijan otros trámites como memoria descriptiva y plan de seguridad.
También se exigirá para intervenciones que afecten a la fachada o elementos comunes del inmueble, como conductos de ventilación y canalizaciones que transcurran a lo largo del edificio. Y lo mismo si se va a cambiar el uso del inmueble, como por ejemplo convertir una vivienda en un local comercial.
La licencia de obra menor está pensada para aquellas reformas o mejoras que no afectan a la superficie, el volumen ni la estructura del edificio. En resumidas cuentas, las ordenanzas municipales suelen aceptar en esta categoría:
Es posible que ciertas reformas de poco impacto se puedan llevar a cabo sin necesidad de pedir la licencia de obras. En general se trata de intervenciones muy menores relacionadas con el mantenimiento de la vivienda, como:
Incluso puede que tengas libertad para alisar paredes con yeso o sustituir el gotelé, la red eléctrica o incluso la conducción de agua. En todo caso, quien tiene la última palabra será el ayuntamiento en cuestión. Infórmate allí para evitarte quebraderos de cabeza.
No te recomendamos actuar sin licencia de obras porque te expones a tener problemas. Por ejemplo, no estarás protegido en caso de que algo salga mal y ocasiones algún tipo de perjuicio a terceros. Asume que tarde o temprano alguien te denunciará, y la no regularización de la obra implicará importantes sanciones económicas.
Por si esto no fuese bastante, el expediente sancionador que se abra contra ti puede resolver que debes rehabilitar la edificación a su estado inicial. Y, por supuesto, serás tú quien deba asumir los gastos de esta nueva obra.
Como parte de nuestro planteamiento integral, en Constructora Rey incluimos servicios de gestión ante los organismos públicos y la tramitación de licencias.