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Cuando tenemos que ponernos a reformar, una de las primeras estancias de la casa en sufrir estas consecuencias es la cocina. Los principales problemas que nos encontramos son dos: el presupuesto y las molestias que nos va a ocasionar. Pero estos problemas pueden minimizarse con un buen profesional que sepa gestionarlos.
Debemos tener en cuenta que cada cliente es un mundo y ninguno va a recibirnos con los brazos abiertos cuando se trate de picar o taladrar las paredes de su casa. Pero repito, es inevitable y debemos saber tratarlos con la máxima profesionalidad.
Presupuestar. Estimación de tiempo. Medidas
Lo más importante, o una de las cosas más importantes, es el presupuesto que le presentemos al cliente. Como dice ese dicho popular “El dinero es lo primero” y a nadie le gusta gastar de más. Pero si bien es cierto que a nadie le gusta gastar de más, también es igual de cierto que a nadie le gusta que le hagan una “chapuza”; así que lo primero que debemos hacer es informarnos de lo que el cliente necesita, quiere y puede permitirse.
Cuando presupuestamos la reforma de una cocina, una de las cosas que más influyen son las medidas. No es lo mismo 10 m2 que 100 m2 de cocina. Tomaros vuestro tiempo en medir, ya que a la larga os puede evitar más de un disgusto a la hora de pedir materiales u otros problemas que puedan sugir.
¿Qué es mejor? reforma u obra nueva
Antes de empezar a picar o de plantearnos siquiera el presupuesto, debemos hacernos una pregunta. ¿Reforma u obra nueva?
Muchas veces, cuando se le habla al cliente de obra nueva los ojos le dan vueltas, empieza a convulsionar y a echar espuma por la boca; pero la verdad es que hay ciertas obras que lo requieren. Nuestro trabajo como profesionales es hacérselo saber y hacerle saber también que a la larga vale más “arrancar la tirita de golpe que poco a poco”. Así que a la hora de enfrentarnos a la reforma de una cocina lo mejor es plantearnos esta cuestión.
Instalaciones eléctricas, fontanería y gas
Tanto en la reforma de una cocina como en cualquier otra, hemos de tener en cuenta una serie de «enganches». Me refiero a instalaciones eléctricas, fontanería o gas. Son instalaciones que ya estaban ahí antes de que llegárais y puede que necesiten algún tipo de reparación o mantenimiento. En estos casos debemos tener sumo cuidado, no sólo con su manipulación, sino también pensando que, cuando nos vayamos, esas instalaciones van a seguir haciendo su trabajo y los clientes estarán más tranquilos sabiendo que un profesional les ha garantizado que están en perfecto estado.
Todo ello siempre teniendo en cuenta que manejamos materiales y componentes peligrosos, así que toda precaución es poca.
Jubilando Electrodomésticos
“El horno funciona y la nevera también, no nos preocupan”. ¿Cuántas veces hemos escuchado esto? Aunque parezca que no va con nosotros, siempre podemos asesorar en la renovación de los electrodomésticos durante la elaboración del proyecto de reforma de una cocina. Lo cierto, es que la gente piensa que “mientras funcione” no hay problema, pero lo que no saben es que una reforma es el momento perfecto para cambiar esos electrodomésticos, que ya cuentan con 20, 25 o 30 años. Ya se han ganado la jubilación.
Al fin y al cabo en toda reforma, sea de una cocina o de cualquier otra, lo más importante es que el cliente quede satisfecho. Para ello podríamos aplicar 3 grandes máximas:
- Un presupuesto bien ajustado a sus necesidades.
- Un tiempo de ejecución rápido, ajustado y, sobre todo, que se cumpla.
- Una calidad en el acabado donde no tengan que llamarte a la semana siguiente porque el embellecedor de la cocina se cayó cuando desenchufaba el aspirador.
Si quieres informarte sobre cualquier tipo de presupuesto para una reforma en tu hogar, no dudes en ponerte en contacto con nosotros:
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