Problemas de humedades: estética, confort y durabilidad (I)
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27/10/2017Cuando hablamos de humedades es bueno conocer los diferentes tipos y la procedencia siempre que sea posible claro porque hay humedades que a veces nos vuelven locos y no sabemos de donde vienen, pero por lo general las humedades pueden ser producto de la condensación, suelen aparecer en cocinas y cuartos de baño, y son un producto de la condensación.
Cuando tenemos un exceso de humedad (En la ducha, en invierno sobre todo, es cuando más aparecen estas humedades) especialmente en las uniones entre la pared y el techo, es un caldo de cultivo ideal para los pequeños hongos que se manifiestan en forma de puntitos negros. Es lo que en algunos lugares conocen como «apulgarado» de forma coloquial. Se trata de una humedad muy incómoda porque es anti estética y además, en algunos casos, puede producir incluso olor, siendo esto último una de las características más incómodas de las humedades.
Detectar el origen de la humedad
Podemos tener humedades con origen exterior, es decir, las que proceden de filtraciones de una pared, techo o suelo. En muchas ocasiones las filtraciones vienen de abajo a arriba, suben por los muros y son las típicas que aparecen en la parte baja de los zócalos, justo por encima de éste. En estos casos suelen aparecer manchas y desconchado de pintura.
Pero también tenemos las más complicadas, las humedades provocadas por fugas en las instalaciones. Por ejemplo, una gota en una instalación de agua. Ese agua se va filtrando y aparece, más tarde o más temprano en el interior y la humedad que produce es similar a las que vienen del exterior. En este caso el problema es que muchas veces encontrar la procedencia de esa humedad es complicada. Tendremos que implicar a los fontaneros para detectar de forma categórica el origen del problema.
Un caso práctico, humedades por capilaridad
Uno de los problemas mas frecuentes de humedad en el interior es la aparición de manchas de salitre a causa de la humedad por capilaridad.
El agua asciende por los pequeños poros de la superficie de obra disolviendo y arrastrando sales minerales que contienen cemento y a veces la masa que se utiliza en los enlucidos. Una vez que la humedad sale a la superficie se evapora y las sales minerales cristalizan deteriorando la superficie de pintura y los revestimientos de las paredes. Como podréis comprobar, estas manchas se distinguen fácilmente de las de moho porque se suelen dar en las partes bajas de las paredes. Existe un deterioro importante de la capa de pintura, con abultamientos, y por la aparición de una especie de pelusilla blanca cristalizada.
En primer lugar con una espátula y un cepillo retiramos toda la superficie despegada rascando bien hasta conseguir una superficie firme. Limpiamos la superficie con agua y vinagre. Eliminamos los restos de sal que hayan podido quedar. Aplicamos un producto anti humedades, que actúe como barrera anti humedad. Para esto mezclamos los dos componentes de los que suele componerse a partes iguales homogeneizando bien el producto.
Y aplicamos dos manos con brocha o rodillo. Después de dejar secar un par de horas aplicamos una segunda mano.
Si fuese necesario reparar parte de la superficie siempre nos será de utilidad contar con masilla o similares para alisar.